No cualquier derrota.

Hiciste que bajara la guardia con solo verme a los ojos, mis pensamientos simplemente se disiparon como todo el ruido que habia en mi cabeza, mi corazon encontro descanso y mi respiracion se tranquilizo de lo agitada que me encontraba.

Tomaste mi mano y la sujetaste con fuerza, mientras me rodeabas con el brazo y me acercabas a ti, me susurraste con delicadeza que todo estaria bien y que aunque asi no fuese segurias a mi lado.

Suspire y me rendí ante la fuerza del latir de tu corazon, mientras veía tus profundos ojos me hundí entre tu cuello y tu hombre dejando mi cuerpo descansar contra el tuyo. Con suavidad acaricias te mi pelo, en ese momento me di cuenta de que estaba perdida, pero fue una derrota humilde sin remordimiento, forcejeo ni rendición.

Me diste mas que pensar que todo lo que pasaba en mi cabeza, tu imagen y aroma están aqui y mi ser contigo.

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